Merodea una jauría de perros Me asalta una banda de malhechores Taladran mis manos y mis pies Yo puedo contar todos mis huesos Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado? Se reparten entre sí mi ropa Y sortean mi túnica Pero Tú, Señor, no te quedas lejos Tú, que eres mi fuerza, ven pronto a socorrerme Dios mío, Dios mío ¿Por
Túmismo te sientes abandonado por Dios como yo me siento muchas veces. La aflicción me hace olvidar que le pertenezco a nuestro Padre y también olvidar su amor incondicional. Con frecuencia me siento como si Dios escondiera su rostro de mí. Y tus palabras se hacen mías, “Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”
1En ti, Señor, busco refugio; jamás permitas que me avergüencen. 2 Por tu justicia, rescátame y líbrame. Inclina a mí tu oído y sálvame. 3 Sé tú mi roca de refugio. adonde pueda yo siempre acudir; da la orden de salvarme, porque tú eres mi roca y mi fortaleza. 4 Líbrame, Dios mío, de manos de los malvados,

Diosmío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado? Todos los que me ven de mí se burlan; me hacen gestos y dicen: "confiaba en el Señor, pues que Él lo salve; si de veras lo ama, que lo libre". Los malvados me cercan por doquiera como rabiosos perros. Mis manos y mis pies han taladrado y se pueden contar todos mis huesos. Reparten entre sí

Blogde la Biblia. «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». El grito de abandono de la cruz de Jesús registrado en Marcos 15:34 nos persigue cada temporada de Cuaresma. Tradicionalmente, la iglesia reserva esta temporada para reflexionar sobre el profundo misterio de Dios separado de Dios, el Hijo eterno expulsado de la
Por qué me has abandonado? Es la voz del justo, que en momentos muy fuertes de depresión se siente como separado de su Dios, al que tanto ama. Lejos de ser un grito de desesperación, es un arranque de suspiro y de confianza hacia su Dios, en quien había puesto toda su confianza; es una manifestación espontánea hacia el amigo y familiar . 287 68 196 354 365 151 111 460

dios mío dios mío porque me has abandonado